El matrimonio de Sheila y Jesus en Magdalena del Mar, Lima

Llegado el día se me hizo un poco tarde por el maquillaje, peinado y por ir a ver el local, mi padre estaba desesperado porque ya salga. Hasta que salimos, en el camino, en el auto me llevaba mi hermano, su rostro sabía que estaba feliz y tan emocionado como yo lo estaba. Son imágenes que nunca borraré de mi mente. Mi novio había llegado 45 minutos antes a la iglesia (nada desesperado), y por supuesto que me llamaba muchas veces para ver por dónde estaba (seguro pensaba que me arrepentiría). Llegué a la iglesia, al entrar fue algo tan bello y tan emotivo ver a tanta gente, la marcha nupcial a mi padre de lado y a mi esposo esperándome. En ese momento estaba tan nerviosa que ni lagrimas me salía, pero por dentro estaba llorando de alegría, terminando la ceremonia antes de salir de la iglesia nos miramos y dijimos lo logramos, fueron tantos los obstáculos que se presentaron antes de la boda.

Justamente aproximadamente un mes antes, como decía yo el diablo no quiere que lleguemos con la bendición de Dios, pero no le daremos el gusto, en ese momento nos vimos y dijimos lo logramos amor “Te amo con todas las fuerzas de mi ser”. Volteamos y todos nos aplaudían, se sentía que todos compartían nuestra felicidad, llovía el arroz y los pétalos, luego para la sesión de fotos, fue increíble no podíamos creerlo, las fotos salieron tan lindas, mostraban lo que realmente sentíamos en ese momento. Las palabras de mi suegro, mi padre, mi suegra y sobre todo de mi madre en la ceremonia fueron todo para mí, el baile, la liga. También me sorprendieron con un baile de marinera que llevo mi cuñada, también tocaron música criolla, mientras la gente comía y el baile sorpresa fue algo que jamás olvidaré. Participó del baile mi sobrino de 6 años, todos mis amigos de infancia y mis hermanos. Sé que cuando vuelva a ver ese video será junto a todos ellos, y lloraremos juntos.

Durante la fiesta bailamos todo tipo de música bailamos junto a mis amigos de infancia canciones que bailábamos juntos en coreografía cuando éramos niños, fue algo increíble e inolvidable, no hubo hora loca porque no era de mi gusto. Mi esposo armo una hora loca en el momento que salió más linda que una hora loca clásica, nos subimos al escenario y bailamos en coreografía con todos los invitados definitivamente cada vez que recuerdo aquel día es imposible que caiga una lagrima de mi rostro, ver bailar por primera vez a uno de mis hermanos mayores que jamás se queda a una reunión familiar, ni de amigos porque no le gusta. Fue lo más increíble, sabía que estaba feliz por mí, su hermanita menor se casaba y ya no seguiré más porque aquí ya me dará un paro cardiaco estoy en un mar de lágrimas.

Terminaré diciendo que aquel 18 de julio fue el mejor día de mi vida, Dios me regaló a un gran hombre, un gran amigo, persona, confidente, hermano, amor para toda la vida, y no dejo de agradecerle a diario el haberme enviado tremenda bendición, nuestro sueño se cumplió: Soy tan feliz.