El matrimonio de Alfredo y Daphne en La Molina, Lima
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A&D
22 Abr, 2017La crónica de nuestro matrimonio
Nada salió como se planeó y todo salió perfecto.
El día en la mañana sin muchos nervios. Eso sí, hice bien al delegarle a mi dama de honor que se encargara de mis tiempos. Sin ella, no la hacía.
Las semanas previas trabajé mi estado mental para prepararme para que lo que encontrara ese día en el lugar sería perfecto. Fuere o no lo planeado. Recomiendo lo mismo para que sean inmensamente felices en su día y lo disfruten al máximo.
En la mañana programamos la peluquería, todas las damas y yo nos encontramos ahí. De pronto la consigna que surgió fue ponernos pestañas postizas. Todas hermosas. Me fui a casa sintiéndome hermosa, maquillé a dos amigas, peiné a otra amiga y a mi sobrina y, muy importante, almorzamos. Mi hermano se encargó de que hubiera comida en la casa para cuando llegáramos. La ceremonia era a las 3:30.
Una amiga se encargó de ayudarme con el vestido. La van llegó a tiempo, nosotras listas. Al salir me doy cuenta de que falta una persona. Salíamos a tiempo y tuvimos que esperarla... listo, llega y luego de dos cuadras, me doy cuenta de que dejamos las bolitas de chocolate. De regreso por las bolitas. Nos vamos. Ya a medio camino, suspiro fuerte... se quedó el USB con la música. Pensamos, a quién llamamos... tic tac tic tac. Unas amigas aún no salían, podían pasar por casa, una vecina tenía la llave de la casa... ya casi al llegar, mandan foto del USB ¨Sí, ¡ese es!¨ Solucionado.
Seguir leyendo »Llegamos... no contaba con que quedaría ciega. Entré al cuarto que solicité para mí y mi equipo y no pude salir hasta que tocaron mi canción. Difícil situación. No sabía quién había llegado, si estaban todos los amigos de mi novio (que estarían a su lado en el lugar de la ceremonia), era difícil decidir si era el momento o había que esperar. Añadí unas flores peruanas tejidas al ramo que me había dejado el florista, quedó lindo (excepto que no me di cuenta de que una de las rosas tenía una etiqueta y sale en todas las fotos) Cuidado con esos detalles. Son impredecibles.
Entra mi tío (quien nos casaría), hace preguntas, entra mi hermano (quien me entregaría), hace preguntas... lo sé todo pero no sé nada. Practico mis votos con mi hermano, se me olvida uno, los repito nuevamente, entra mi tía mientras los recito, no sé qué pasa afuera. Llega mi hermano... suena la canción, me emociono... salimos. Me pregunta si el paso está bien, sí. Bajo del piso al jardín y se me sale un zapato... nadie se da cuenta, sigo caminando como una dama y ¨la entrega¨ me dice mi hermano. ¿Qué entrega? Pienso yo... ¡ah! ¨Espera¨ le digo. Cambio el ramo de mano, me arreglo el zapato con mucho estilo, regreso el ramo a la mano inicial y mi hermano pone mi mano sobre la de mi novio.
Ah, me aplaudieron al salir, qué linda sensación y qué sorpresa para mí. Mi novio sonreía.
Mi tío dice unas palabras hermosas y muy ciertas. Aclara que con esta unión nace un tercero: la pareja. Y que esta unión donde se establece el compromiso con la familia y la sociedad es la que más cuenta. Nos invita a decir nuestros votos. Mi novio despliega un papel casi de un metro de largo y todos nos asustamos y reímos. En la parte de afuera, la que puede leer todo el mundo, decía: I LOVE YOU. Me dijo por qué le gusta estar conmigo y que me ama (en resumen). Mi turno, mi hermano se pega el papel en la barriga por si me olvido de algo, lo miro, me río con ternura, respiro varias veces (con el correspondiente comentario jocoso de mi tío de que necesito tiempo) y digo los votos que había escrito en la peluquería esa mañana, de manera pausada, con la intención adecuada, con mucho sentimiento e, increíblemente, sin llorar (aunque me quedé sin aliento en las últimas palabras).
Nos declaran marido y mujer, intercambiamos los anillos, nos besamos... aplausos.
Al voltear, ochenta mil cámaras, teléfonos, iPads y demás cosas apuntándonos, nadie se movía. Sensación de no poder moverte. Recomendación, usen ese momento para verificar que tienen al lado a la persona que deben tener al lado, corrijan la posición de sus damas que a veces la emoción gana y todas las fotos salen iguales. Cambien de posición varias veces.
Bailamos El Danubio Azul de Tchaikovsky, nos salió bonito según los videos. Se interrumpe el baile con un show de impro (programado por nosotros para evitar el momento donde entran los padres a bailar, pues mis padres fallecieron), la gente se sorprende y disfruta el show. Nosotros también.
Luego todos a disfrutar. Nos cambiamos los zapatos a Converse (los novios y las damas). Los niños estaban ansiosos por pintar, pues había una estación de pintura con lienzos, pinceles y pinturas listos. Pensé que me sobrarían lienzos y en realidad, faltaron.
Abrimos la barra, los quesos ya estaban servidos y también los sacamos por otro lado para evitar el amontonamiento de gente, con éxito parcial.
Hubo un show de burbujas.... pasamos sala por sala (no pusimos mesas) para las fotos con cada familia. Se comenzaron a pasar los bocados elegidos. Se nos olvidó hacer el brindis al final de la ceremonia.
Luego, pasé sala por sala con unos plumones en la mano para que cada quien pintara mi vestido. Les encantó. Les sorprendió. Hubo dedicatorias, dibujos, buenos deseos, pequeñas obras de arte. Muy lindo recuerdo.
Bailamos, nos abrazamos, bailamos, nos tomamos algunas fotos en unos marcos vacíos que colgamos con nylon al lado de los cuales pusimos pelucas, gorros, telas y collares para hacernos fotos graciosas.
Yo iba dejando copas de vino comenzadas por todos lados... ya estaba despeinada, sudada y nada me importaba. De pronto, me asusté al ver que a mi novio lo agarraron sus amigos para tirarlo al aire, salió ileso. Ahora me agarran a mí, alguien me dijo al oído: “relájate” Buen consejo... qué rica experiencia.
Sacaron la torta, posamos, jugamos y la cortamos. ¡A repartir!
Poco a poco se iba la gente, quedamos la familia, hasta que nos fuimos. La gran sorpresa de la noche, nos regalaron una noche en el un hotel de categoría con late checkout. Delicioso, y muy necesario. Si no lo tienen planeado, háganlo, es justo y necesario.
Y esto es un resumen solamente.
Suerte y muchas felicidades.
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