Asistiendo a un matrimonio ¿solo o acompañado?
Todos se entusiasman al recibir un parte, pero ¿qué pasaría si no incluye acompañante? El dilema de todo invitado/a a una boda ¿ir solo/a o con alguien? Descubre cómo afrontar esta situación y decídete sin lamentaciones.
Recibir un parte de matrimonio con tu nombre impreso seguramente será muy emotivo. Sea porque al fin verás a tu mejor amiga dentro de un vestido de novia rumbo al altar, a tu hermano sentar cabeza o algún compañero de trabajo, primo o tío. Sea quien sea, si alguien se casa, siempre será motivo de alegría. Tal vez lo primero que se te ocurra es qué peinado recogido llevarás, qué vestido de fiesta o si necesitarás un traje, camisa o zapatos nuevos. Pero al darle una segunda ojeada a ese sobre elegante te percatas de que no hay rastros de tener la licencia de ir acompañado/a. Para resolver ese dilema, te invitamos a conocer todo lo que representa ir solo/a o con alguien a una boda. ¡Te sorprenderás!
Revisa minuciosamente el parte de matrimonio
Te recomendamos no entrar en pánico si a la primera nada parece indicar que puedes ir acompañado/a. Si se trata de un diseño de tarjeta de invitación de estilo contemporáneo o personalizado puede que ese detalle esté escondido entre la tipografía o el sobre. Cuando se trata de una invitación doble o grupal deberá tener las siguientes inscripciones: si se dirige a una pareja de esposos, “Señor XXX y esposo/a”. Cuando se trata de un invitado soletero debe decir, “Sr. o Srta. XXX y acompañante”. Al tratarse de invitaciones más amplias deberá tener escrito “Sr. o Sra. XXX y familia”.
Ante la duda: consulta sin condiciones
Si no hallas estas inscripciones es mejor hacer la consulta a los novios. Pero recuerda hacerlo de la manera más diplomática posible. Puedes aprovechar para confirmar tu asistencia y hacer esa salvedad. Si te indican que se trata de una invitación personal, agradece con cordialidad y prepárate para disfrutar de una gran jornada que pondrá a prueba tus habilidades con las relaciones sociales. No insistas o condiciones, ni te lamentes. No tienes idea de todo es esfuerzo de los futuros esposos por llevar a cabo ese romántico matrimonio en el campo y desean compartirlo contigo, pues eres de su estima.
Las ventajas de recibir una invitación personal
Para las personas solteras recibir un parte de matrimonio elegante de manera individual es una gran ventaja. La oportunidad de ampliar su círculo social y por qué no hasta laboral. Es ese día en el que podrás reencontrarte con amigos/as con quienes perdiste contacto, con primos, familiares a los no verás hasta que se realice otra celebración.
Cómo manejar los momentos clave
Todo matrimonio tiene esos instantes precisos para poner en evidencia la presencia de un hombre o mujer que asiste sin compañía al banquete y fiesta. Nos referimos al lanzamiento de la liga de la novia o su ramo de flores naturales. No te cohíbas y participa.
Rompe el hielo y sal a bailar
Pasada la cena y empezados los primeros bailes es el momento de romper esa burbuja de cristal que quienes te rodean han creado alrededor tuyo. Tras ese vestido largo de fiesta o traje elegante y tu buena presencia. Será más fácil si tomas la iniciativa de sacar a bailar a algún familiar de los novios. Los padres, un tío o tía alegre o los abuelos. Proyectarás una imagen segura y después, no pararás en la pista.
Durante el banquete
Por lo general los novios piensan en esos detalles antes de armar su plan de sitios. Durante el banquete posiblemente estarás sentado/a en una mesa con otras personas con las que tengas algún tipo de afinidad. Sea generacional, laboral, familiar o hasta de estado civil. Aprovecha y prepara algunos temas de conversación con los que iniciar una plática amena antes del baile. Por nada del mundo se te ocurra beber una copa de más para soltar los nervios y convertirte en el alma de la fiesta ¡no! Los únicos que deben brillar ese día son los recién casados.
Si puedes ir acompañado ten en cuenta…
Si vas en pareja será una experiencia maravillosa en la que podrán observar y hasta maquinar cómo será su propio matrimonio ¡soñar no cuesta nada! Pero si no tienes novio/a ni nadie especial, procura elegir a una persona apropiada como compañía. Con quien puedas ir y volver juntos. Una persona independiente que sepas, no tendrá problema en socializar cuando te toque estar entretenido/a saludando a los novios, algunos amigos o familiares que no ves hace mucho tiempo.
Ahora que por fin aceptaste esa tarjeta de matrimonio personal con alegría y ya comenzaste a imaginar cómo disfrutarás ese gran día, es momento de prepararse. De buscar ese vestido de fiesta corto que tienes en mente o ese blazer de lino apropiado para ese romántico matrimonio a pie de playa. Y… ¡que vivan los novios!