8 formas de ahorrar dinero en las flores
Son las protagonistas silenciosas de nuestro matrimonio, como el pastel de bodas, tu vestido, o ¡tu novio! Su delicada presencia podría significarnos ‘un ojo de la cara’ si no tenemos en cuenta lo siguiente.
Lo primero que se nos viene a la mente al escuchar la palabra ‘matrimonio’, después de un imponente vestido de novia, son flores por doquier. Y si eres una novia próxima a contraer matrimonio, sabes que esas ‘flores’ representan un presupuesto -aparte- en la larga lista de gastos que les espera a tu novio y a ti. Pero no te asustes, ese presupuesto podría reducirse si...
1. Dónde y cuánto
Será necesario hacer un repaso de los espacios que necesitarán ser decorados antes de decidir qué utilizarás para ello, y así solicitar presupuestos/cotizaciones que te permitan tomar una decisión acertada: bouquet de novia, salón de ceremonia/iglesia, auto, recepción/con tal cantidad de mesas, etc.
2. Es tu matrimonio, no el Edén
Por lo general, -las novias y los decoradores- gustamos de incorporar indiscriminadamente e innecesariamente flores por todos lados. No olvides que es tu matrimonio, no un jardín de cerezos, por lo que su uso indiscriminado, podría hacer que se pierda el objetivo.
3. Menos es más
Si has pensado en casarte en un espacio abierto bajo la luz del día, o en la playa, visita el espacio antes y fíjate si cuenta con su propia decoración. De esta manera, no tendrás que invertir grandes presupuestos, sino solo darle el toque sutil que falta.
4. Maneras creativas
Por qué seguir la vieja tradición y no optar por maneras creativas de reemplazar flores por otros elementos, como vidrio, papel, velas, cintas, tela, etc. Recuerdo un auto de novios decorado con latas de leche colgadas del parachoques y un gran ramo de globos blanco fantasía con helio sobre la maletera.
5. Reemplaza y da vida
Puedo resultar algo ecológica, pero créanme, que da lindos resultados reemplazar un centro de mesa de rosas y tulipanes, que tienen los días contados, por una linda maceta de vidrio/loza/cerámica conteniendo un almácigo/plantita en flor. Son hermosas y económicas y tus invitados podrían llevárselas como recuerdo y conservarlas, quién sabe si por siempre.
6. Nativas o silvestres
Si insistes con que lo tuyo son las flores, no descartes las silvestres o nativas. Pregunta por azucena, retama, arapando, hortensia, o lluvia ilusión. Encontrarás más de una inspiración en Pinterest.
7. Al por mayor
Si hasta aquí aún no te he convencido e insistes en vestir de flores tu matrimonio, déjame decirte que haber nacido en un país con múltiples climas y tipos de suelos es un privilegio. Tenemos gran variedad durante todo el año. Entre ellas –alégrate querida novia- encabezan la lista esas rosas que te encantan, orquídeas, claveles, tulipanes (mis favoritos), alstroemeria/astromelia o lirio de campo, y otros. Pero atención, que la exportación de las mismas, también se ha ido incrementando con los años, y eso recae inevitablemente sobre su precio. Es por eso que lo primero que debes hacer es consultar a un mayorista. Si vives en Lima, tu punto de partida serán los mercados de flores. Podrías hacer tu compra en cantidad y contratar un decorador el día de tu boda.
8. Recicla
Puede parecer un poco vergonzoso si lo lees a primera vista. Pero se hace más seguido de lo que crees. Y es, reutilizar las flores -por ejemplo- de tu ceremonia de bodas, retirarlas con cuidado y llevarlas al salón de recepción de tu matrimonio. Esto lo puedes coordinar previamente con las personas que contrataste para la decoración, o personas cercanas a ti.