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Matrimonio

10 situaciones nupciales que querrás evitar

'El conocimiento te hará libre' dice la célebre frase y se aplica para todos los aspectos de la vida, y sobre todo, el día de tu matrimonio. Así que no está de más conocer los hechos recurrentes de toda boda que podrás superar si estás preparada.

Las tildán de perfeccionistas, pero el ímpetu que le pone toda novia a su gran día es más que un aparente simple capricho de querer que todo salga bien a ciegas. Es el día que ha esperado toda la vida y existe un doble esmero en su organización. Los ojos de amigos y familiares se posarán sobre ella y su novio y todo lo que ellos hayan dispuesto para la celebración de la que será, sin duda, una fecha memorable.

Sin embargo, ese camino a la perfección se ve opacado por el que llamaremos, factor humano, el que por lo general, no se considera cuando se decide hora, lugar, proveedores, decoración, menú, tipo de movilidad y hasta la lista de invitados. Y es justamente aquel, el que genera esos pequeños momentos trágicos para la novia, incluso para su futuro consorte. Que admitámoslo, muchas veces pasan desapercibidos para la multitud concurrida, pero que bien podrían opacar el día a una mujer detallista de por vida.

Como sea, es mejor estar al tanto de 'las fijas' de todo matrimonio para que, desde ya, sepas cómo actuar sin entrar en pánico y por supuesto, más importante, sin arruinar tu look.

1. La sobre producción

Cada vez está más de moda producirse a niveles antes insospechados. Extensiones, pestañas, uñas, naturales o prestadas. Tecnología y técnicas de avanzada para lucir como tu celebritie favorita. Todo ello junto al peinado y maquillaje podrían ser un arma de doble filo el día de tu matrimonio. Un sobre esfuerzo que te convertiría en alguien irreconocible para tu novio y padres. Ni que decir del resto de invitados. Situación por la que no querrás pasar, pues es el día en el que deberás lucir segura y radiante y no incómoda y ajena.

Esto se evita tomando una o dos pruebas de maquillaje y peinado, semanas o un mes antes de tu matrimonio. Si tú misma te encargarás de tu propia producción, prueba diversos looks con antelación y somételos al espejo, nunca miente. Tan simple como eso.

2. La mancha en el vestido

Una de las situaciones más temidas por toda novia es que su hermoso vestido se ensucie. Sea el blanco absoluto o alguna de sus casi imperceptibles tonalidades, es un color de mucho cuidado. Más aún si se trata de un modelo de falda vaporosa, de cola o velo, medio/a o largo/a. Dado que el atuendo de la novia por lo general está hecho con telas livianas, lo primero que podrías hacer en este caso sería correr al baño y lavar la zona afectada y secarla con ayuda de papel higiénico. También sirve mucho el alcohol o vodka en el mejor de los casos. Si ves que es irremediable, y dispones de un corrector líquido para escritura conocido como liquid paper, cubre la mancha sin temor. También se utiliza talco o maizena. Todo dependerá del tipo de accidente que haya sufrido.

3. Cose lo que se descose

Sucede a menudo y no está de más tener a mano aguja e hilo en color blanco y negro. Tu novio también podría tener un accidente, un botón suelto de la camisa tal vez, que sería resuelto enseguida con algunas puntadas al paso. Es mejor hacerlo, que pasarse todo su gran día con algo descocido o roto que denota descuido.

4. Botados camino al altar

A los novios les encantan los autos vintage y limosinas. Y dado que son poco comunes, las revisiones técnicas muy bien podrían no ser regulares como la de uno de uso diario. Así que, si te quedas varada rumbo al altar, no entres en franca desesperación. Respira profundo, inhala y exhala, espera un par de minutos y llama por teléfono a algún amigo o familiar con quién previamente puedes comprometer para este caso de emergencia en particular (amiga/hermano). Si nadie puede hacerlo, pide un taxi seguro en el acto, siempre recuerda de tener los números a la mano. No te lamentes ni reniegues, te hará sentir mal y además será una pérdida de tiempo.

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5. Proveedores en falta

Lamentamos decirte que existe una probabilidad de 8 a 10 de que pasará. Los proveedores, a su vez, dependen de otras personas que les ofrecen insumos y servicios. Si uno falla en la cadena, perjudica inevitablemente al resto. No hagas drama. Lo primero es prevenir, para ello tómate tu tiempo para llamarlos un día antes de tu matrimonio para recordar la importancia de que todo esté a tiempo. Si eres madrugadora, o tienes algún amigo o familiar con esa fortaleza, encárgale el favor de llamar a primera hora a todos a modo recordatorio. Tampoco olvides tener cerca tu celular con sus datos de contacto, es básico.

6. Sin anillos no hay boda

Las alianzas de los novios son el símbolo por excelencia de su unión. Supera sin alarma el impace si no llegan a tiempo pidiendo prestados los aros de alguno de tus invitados más cercanos. Padres, tíos o amigos cercanos sería conveniente. Luego resuelve la bendición de los propios un día más reposado. Nadie se dará cuenta si sabes actuar con discresión.

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7. Mesas vacías

Imprime el 50% más de partes de matrimonio. Es casi otra de las fijas de todo evento importante, que por razones hasta hoy desconocidas, siempre asistan menos número de personas, incluso entre los confirmados, de las que esperan. Evita esto poniendo especial interés en la confirmación de tus invitados. No querrás ver mesas desoladas y cubiertos que deberás pagar si o si durante tu banquete.

8. No hay fiesta sin música

Quedarse sin luz es algo en el que no se suele pensar cuando uno mismo se encarga de la producción de su propio evento/matrimonio. Sin embargo, basta preguntar a cualquier productor para que te diga cuán importante es tener un as bajo la manga, un generador eléctrico, y hasta dos. Consultar potenciales proveedores para un caso de emergencia no está nada mal. Si no tienes presupuesto, pero si buenos parlantes, no te arrepentirás de tenerlos a la mano.

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9. Bebidas contadas

No confíes en números al azar, asegura tus invitados felices con una barra libre. Te quitarás ese dolor de cabeza que significa que se acaben las bebidas espirituosas a mitad de la fiesta. Incluso te podría salir más caro correr por ellas a último momento.

10. Copas de más

Basta que uno de tus invitados no controle su consumo de alcohol para que tu gran día acabe en una potencial pelea. Si conoces la debilidad de alguno de tus amigos o familiares, evita malos momentos advirtiendo a tu proveedor de servicio/mozos que dosifiquen el reparto en mesas sobre animadas o directamente señalando con discreción a los potenciales revoltosos de la fiesta.